La teoría del funcionalismo

 La teoría del funcionalismo planteada por el francés Émile Durkheim en 1895 como parte de su publicación "Las reglas del método sociológico" que intentaba explicar las necesidades de las diferentes estructuras sociales y sus funciones.

Durkheim es considerado uno de los padres de la sociología (junto con Karl Max y Max Weber) tras crear el departamento de sociología en la Universidad de Burdeos en 1895, momento en que publicó su libro.

En el siglo XX el concepto de "Funcionalismo" también fue aplicado en la antropología, con el objetivo de estudiar la sociedad sin tener en cuenta su historia, sino tal como se encuentra en el momento de los análisis.

EL PRIMER FUNCIOALISMO 

El funcionalismo como escuela independiente no aparece sino hasta el siglo XX, pero el intercruzamiento funcionalista, en sí, es mucho más antiguo. Muchos de los llamados “padres de la sociología” intentaron explicar los fenómenos sociales mediante analogías con el ámbito biológico.

Spencer y Durkheim funcionalistas adelantados a un tiempo consideraban que la sociedad era un todo orgánico en el que los diferentes subsistemas o prácticas tienen la función de manejar la entidad mayor en la que están inmersos. Este concepto de sociedad como entidad orgánica se convirtió en un rasgo crucial del argumento funcionalista en el siglo XX. Así mismo, las teorías funcionalistas del siglo XX reconstruyen la historia a partir de la intensificación de la complejidad, la compartimentación y diferenciación entre sistemas. Antecesores del movimiento funcionalista introdujeron el concepto de necesidades sociales. Para que los sistemas sociales estén sanos o al menos, para que sobrevivan, hay que satisfacer ciertas necesidades.

Durkheim no precisa sus rasgos funcionalistas teniendo que encontrarlos en las Reglas del método sociológico y en la División del trabajo. En las Reglas Durkheim hizo hincapié en que cualquier explicación adecuada combina el análisis causal con el funcional.              El primero explica la sucesión de los fenómenos sociales, mientras que el segundo indica por qué se mantienen las prácticas sociales partiendo de “necesidades generales del organismo social” en el que están inmersas. El análisis funcional es determinante en la distinción que Durkheim establece entre fenómenos normales y patológicos. En una sociedad de terminada, ciertas manifestaciones son normales si tienen lugar de forma regular en sociedades parecidas, y si satisfacen las funciones sociales principales. Los fenómenos son patológicos si no cumplen esas condiciones.

La sociedad se mantiene unida mediante lo que Durkheim denomina “solidaridad mecánica”, es decir, una forma de cohesión que se basa en la similitud de creencias y sentimientos.

Durkheim diagnostico que la “anomia” era uno de los principales problemas sociales de su tiempo. Anomia significa literalmente “ausencia de normas”. Durkheim creía que una sociedad sana depende de la institucionalización de variables principales y de directrices normativa. Sin embargo, la anomia es sólo una fase transitoria. La sociología puede ayudar a implantar los valores y reglas normativas que convienen a la sociedad moderna.

 

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